Últimas Noticias

Las Palmas se aprovecha de la baja de Essugo para brillar en el campo | Marca

Minuto 19 de la primera parte, Dário Essugo abandona el campo a toda prisa. La incertidumbre se apodera del público. Algo no marcha bien. El jugador portugués desciende por las escaleras que conducen al túnel de vestuarios, sin haber visto la tarjeta roja. Las Palmas, momentáneamente, se quedaba con un hombre menos. El jugador, posteriormente, lo explicaría en la sala de prensa, confesando que padecía "una indisposición. Sinceramente, no sé cómo decirlo con delicadeza". Essugo regresaría al terreno de juego apenas tres minutos después, en un intervalo en el que no se llevó a cabo juego alguno sobre el césped.

Ahí surgió la figura de Diego Martínez. El entrenador dio una indicación que sería clave. Un movimiento preciso y que habla del dominio que tiene el entrenador de hasta los aspectos más minuciosos del juego. Viendo la situación, se dirigió a Cillessen para que parase el partido. El meta holandés, al recibir la indicación, se sentó sobre el verde y se llevó la mano a la parte posterior del muslo derecho: "Durante la semana he tenido molestias, pero hay que ser listo para parar el partido. Al final salió bien", explicó el portero con una sonrisa.

Martínez se agarró a la única norma del reglamento que le impedía quedarse con un jugador menos. Esa que dice que sin el portero no se puede jugar. Un resquicio de picardía para parar el partido y arañar esos minutos que necesitaba Essugo para recomponerse de su problema gastrointestinal. El jugador, tras superar ese episodio, se acercó al banquillo para tomarse una pastilla protectora. El mediocentro aguantó en el terreno de juego los 25 minutos restantes hasta llegar al descanso. Doble objetivo cumplido. Una muestra más de que Diego Martínez domina hasta el más mínimo de los detalles.